Leishmaniosis Canina
¿Qué es la Leishmaniosis Canina?
La Leishmaniosis Canina también conocida vulgarmente como la enfermedad del mosquito, la produce un protozoo del género Leishmania que es transmitido por un mosquito llamado Phlebotumus. Esta enfermedad está muy extendida en nuestro país.
¿Cómo se transmite?
El perro contrae la enfermedad cuando es picado por un mosquito infectado. Nunca por contacto directo con animales enfermos. Tampoco se contagia a las personas por esta vía.
Se dan casos aislados de esta enfermedad en personas inmunodeprimidas, ancianos o niños pequeños con mal funcionamiento de su sistema inmunitario.
También se ha dado algún caso en gatos aunque son más raros.
La mayoría de los contagios se producen en los meses de verano, que es cuando más pican estos mosquitos, sobretodo al amanecer y al anochecer.
Zonas de riesgo
El riego de contraer esta enfermedad se da principalmente en la zona de la cuenca Mediterránea y en América Latina. Siendo las épocas de mayor calor las de más riesgo.
Síntomas
El periodo de incubación de esta enfermedad es muy variable.
Desde el momento en que el perro es picado por el mosquito e infectado hasta que empieza a manifestar síntomas clínicos pueden pasar desde algunos meses a varios años, dependiendo de cómo se encuentre el Sistema Inmunitario del animal.
La enfermedad se puede manifestar de dos formas diferentes:
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Forma Visceral: Es la más grave, ya que el parásito afecta a órganos vitales, cómo el hígado, el bazo ó el riñón. Muchos de estos perros mueren debido a una insuficiencia renal y/o hepática grave.
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Forma Cutánea: Es la menos grave. El perro presenta pérdida de pelo, lesiones en la piel, formación de escamas, seborrea, ulceras que no cicatrizan, etc
Otros síntomas que nos pueden hacer sospechar que el perro padece Leishmania:
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Adelgazamiento
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Pérdida de apetito
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Fiebre
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Alteraciones Digestivas: vómitos y diarrea
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Cojera, debilidad muscular
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Aumento de tamaño de los ganglios linfáticos
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Aumento de tamaño de bazo y/o hígado
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Excesivo crecimiento de uñas
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Lesiones oculares
Diagnóstico
La forma más sencilla para averiguar sí un perro padece de Leishmania es un análisis de sangre. Aunque también se puede diagnosticar mediante biopsia de piel o citología de la médula ósea.
Tratamiento
Si el perro es positivo a Leishmania y no tiene afectados ni el hígado, ni el riñón el pronóstico es más favorable y debería someterse a un tratamiento médico para mantener la enfermedad bajo control.
El hecho de tener un animal enfermo sin tratamiento supone un riesgo de contagio para los demás animales ya que actúa como reservorio de la enfermedad.
El pronóstico es menos favorable si siendo positivo presenta además una insuficiencia renal.
Puesto que en el desarrollo de esta enfermedad juega un papel muy importante el Sistema Inmunitario, podemos potenciar éste de diferentes maneras como por ejemplo:
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Cambiando la alimentación
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Acupuntura
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Homeopatía
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Fitoterapia
La utilización de estas técnicas complementarias junto con el tratamiento médico habitual ayuda a obtener unos mejores resultados.
Prevención
Actualmente no existe en el mercado ningún producto que asegure una prevención total contra la picadura del mosquito causante de la Leishmania, por lo tanto no es posible reducir al 100% los riesgos de que tu perro contraiga esta enfermedad.
No obstante, hay cantidad de productos como collares antiparasitarios, pipetas, sprays, … que ayudan a prevenirla. Consulta siempre a tu veterinario cual es el más adecuado para tu perro.
Además puede ayudar:
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Evitar pasear al perro al amanecer ó anochecer durante los meses de más riesgo
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Que el perro duerma dentro de casa
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Colocar en las ventanas telas mosquiteras
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Utilizar dentro de casa repelentes de mosquitos
Es aconsejable hacerle una analítica a tu perro cada seis meses, en Otoño y Primavera, así sabrás sí ha sido contagiado o no, y sus posibilidades de curación aumenten muchísimo, ya que sí está enfermo, se habrá diagnosticado la enfermedad en una fase muy temprana.